Adivinanzas y acertijo para pensar: Todo juego, deporte y pasatiempo se fundamenta en inconvenientes de más grande o menor complejidad. La pregunta espontánea planteada por un infante a su papá, por un ciclista a otro a medida que toman un breve tiempo libre; por un jugador de cartas a lo largo de la hora de ingerir, o por un tripulante a medida que revisa perezosa¬mente el horizonte, es muchas veces un problema de destacable complejidad.
Resumiendo, todos estamos proponiéndonos acertijos unos a otros, cada día de nuestras propias vidas, no constantemente sabiéndolo. Un óptimo acertijo debería reclamar el ejercicio de nuestro mejor talento y destreza, aun cuando cierto entendimiento de matemáticas y los procedimientos de la lógica son frecuentemente de gran ayuda en la solución de estas cosas.
En ocasiones, se necesita una dosis de astucia y sagacidad. Pues varios de los superiores inconvenientes no tienen la posibilidad de resolverse por ningún procedimiento conocido, sino que tienen que atacarse por lineamientos del todo originales.
He aquí por qué uno halla que determinados acertijos en ocasiones van a ser resueltos con más facilidad por personas que solamente poseen buenas facultades naturales, que por las más cultas. Los mayores jugadores de juegos de talento no son matemáticos, aun cuando es viable que ellos tengan mentes matemáticas sin desarrollar.
De la mañana a la noche, nos vemos permanentemente enfrentados a acertijos, principalmente ideados para la recreación y el pasatiempo. Es extraordinaria el encanto que un óptimo acertijo desempeña sobre mucha gente. Comprendemos que es un tema trivial, y, todavía de esta forma, nos sentimos impulsados a dominarlo; y, una vez que lo hemos logrado, nos inundan un placer y una sensación de satisfacción.
¿Qué es este misterioso encantamiento que varios hallan irresistible?
Cuando la adivinanza fue resuelto, el interés principalmente desaparece. Lo hemos logrado, y en otros términos suficiente. Empero, ¿por qué hicimos el intento de resolverlo? La contestación es sencillamente que nos da placer buscar la solución. Un óptimo acertijo, al igual que la ventaja, es su propia recompensa.
Además, existe una utilidad práctica en la resolución de acertijos. Se implica que el ejercicio regular es tan primordial para la mente, como lo es para el cuerpo humano y, en los dos casos, no es tanto de lo cual hacemos, sino del realizado de realizarlo de lo cual extraemos un beneficio. La caminata diaria recomendada por el doctor para el bien corporal o el ejercicio de la mente diario tienen la posibilidad de, en sí, parecer una gigantesca pérdida de tiempo, sin embargo a la extensa son muy útiles. Los acertijos mantienen la mente alerta, estimulan la imaginación, y desarrollan las facultades de argumento. Y no solamente son útiles en esta manera indirecta, sino que frecuentemente nos ayudan de manera directa, enseñándonos pequeños trucos y «artimañas», que tienen la posibilidad de aplicarse a los asuntos de la vida en los instantes más imprevisibles y de las maneras más insospechadas.
¿Cómo se crean los buenos acertijos?
No se puede crear un óptimo acertijo a objetivo, del mismo modo que no puede inventarse de esta forma ni una otra cosa. Las ideas para acertijos aparecen en instantes extraños y de métodos extraños. Son sugeridas por algo que vemos u escuchamos y se llega a ellas por medio de otros acertijos que nos son formulados. Es inútil mencionar: «Me sentaré a crear un acertijo original», pues no hay forma de producir una iniciativa; solamente se puede hacer uso de ella una vez que llega.
Se puede pensar que en otras palabras erróneo, pues un experto en estas cosas crea porciones de acertijos, mientras tanto que otra persona, igual¬mente astuta, no puede crear ni uno. La descripción es bastante fácil. El experto reconoce una iniciativa una vez que la ve y es capaz, por su extensa vivencia, de juzgar su costo. La fertilidad, como la facilidad, viene con la práctica.
A veces emergen ideas nueva interesantes desde la confusión que se comete respecto de otro acertijo.
Una persona ingeniosa, con una iniciativa, puede producir acertijos desde casi cualquier cosa. Monedas, fósforos, cartas, fichas, pedacitos de alambre o cordel, todos son útiles. Se ha inventado una inmensidad de acertijos desde las letras del abecé y de aquellos 9 pequeños dígitos y el cero, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 0.
FRACCIONES EXTRAÑAS
¿Qué poseen de extraño las próximas fracciones: 19/95, 26/65, 16/64?
Solución. Quitando en cada caso, el número repetido, el resultado es el mismo: 19/95=1/5; 26/65=2/5; 16/64=1/4.
TORNEO DE TENIS
En un torneo de tenis, ¿cuántos partidos habrán de jugarse si hay inscritos 974 jugadores?
Luego de cada partido el perdedor queda eliminado y el ganador pasa a arrostrar a otros contendientes.
El campeonato prosigue de esta forma hasta que queda un exclusivo ganador, el campeón.
Solución. Si cada partido crea un perdedor (eliminado) harán falta 973 partidos para que quede un solo invicto y campeón.